Nos empacamos cinco platos, todos con llamativos nombres que evocan las playas y los balnearios del centro del país. Los precios están ligeramente por encima de nuestro presupuesto casi que «nos tocó quedarnos lavando platos», pero las porciones son más que generosas.
En especial nos llamó la atención los pescados rellenos, una preparación de la que no habíamos escuchado hablar jamás y (eso que somos Los Insaciables). El relleno de mar es el complemento perfecto para una carne dorada que se derrite en la boca.
Y, para completar, todos los platos vienen con consomé de pescado y patacones y, algunos de ellos, con otros dos acompañamientos.